Es el período previo a la Navidad en el pueblo de Tassing. Todos los residentes de esta aldea alpina medieval están reunidos en los espacios comunes de la ciudad, temblando mientras una procesión ataviada con máscaras de perchten los rodea. Alrededor de 450 años y a miles de kilómetros de distancia, los trabajadores de Nakatomi Plaza de Los Ángeles participan en sus propias celebraciones previas a la Navidad. Una vez que los aldeanos han desviado la ruta de la nieve hacia la taberna local, ambos conjuntos de festividades comienzan a parecerse bastante, con un suministro constante de alcohol alimentando el jolgorio que sigue a un discurso pronunciado por los líderes espirituales de cada contingente.
Pero, ni en Pentiment, ni en Die Hard, todo va bien. Al acecho en el fondo de ambos hay conspiraciones clandestinas que amenazan con alterar gravemente la vida de quienes se divierten alegremente. Si bien el arquitecto de la trama de Pentiment sigue siendo un misterio en este punto, después de haberse escabullido silenciosamente de la juerga, el hombre con planes para aquellos en el piso 30 de Nakatomi Plaza está en camino de arruinar la fiesta, alterar el status quo y asegurarse que todos saben quién es él. Con algunas ráfagas de ametralladora, Hans Gruber pone en marcha los acontecimientos de la película, mientras John McClane, descalzo y probablemente todavía sufriendo de desfase horario, se precipita de forma encubierta hacia el laberinto de espacios angostos de Plaza.
Advertencia: los spoilers de la historia principal de Pentiment están por venir
Su homólogo, Andreas Maler, ya se ha visto obligado a huir en busca de consuelo, escondiéndose en el laberinto de ruinas romanas en las que se construyeron Tassing y Kiersau mientras intenta resolver un misterio y liberar a la gente del pueblo de la amenaza que acecha entre ellos. Ambos terminaron en la posición de aspirantes a héroes como resultado de su condición de extraños a las comunidades que intentan salvar. Para McClane, el hecho de que acaba de llegar de Nueva York para visitar a su ex esposa es lo que le permite evadir la mirada de Gruber. Para Maler, su condición de artista que permanece en el pueblo mientras completa su obra maestra en el Scriptorium de la abadía le otorga la capacidad de actuar como un intermediario confiable cuando las cosas comienzan a salir mal.
Un cadáver ha sido dejado debajo del árbol.
Ambos reciben rápidamente un bautismo de fuego cuando llegan a la escena de un asesinato. Maler se une a una multitud de monjes y monjas aterrorizados reunidos alrededor del cadáver ensangrentado de Lorenz Rothvogel y se sorprende al ver a su tímido mentor, el hermano Piero, sosteniendo lo que parece ser el arma homicida. McClane observa impotente cómo Gruber aísla al jefe de los trabajadores de Nakatomi, Joseph Takagi, lejos de la multitud y, después de pedir sin éxito el código de la bóveda del edificio, le dispara en la cabeza.
Conmocionados por lo que han visto, ambos personajes se dan cuenta inmediatamente de que están en una carrera contrarreloj para obtener algunas respuestas y tratar de resolver la situación. La búsqueda de McClane para hacerlo se interrumpe de inmediato cuando Gruber envía a uno de sus matones, Tony, tras él, a quien McClane mata rápidamente. A Maler se le da un poco más de tiempo para perseguir pistas antes de verse obligado a desempeñar un papel clave para decidir quién de los que tienen motivos conocidos para asesinar al Barón será el que morirá por ello. Ambos asesinatos tienen consecuencias para cada personaje, con Maler ganándose la ira de las personas cercanas al difunto y McClane sufriendo el mismo destino al hacer que el hermano de Tony, Karl, desarrolle el odio que más tarde servirá como su ruina.
Otra similitud compartida por los dos aquí radica en el descubrimiento de notas. El descubrimiento de Maler de varios apuntes enviados a los acusados del asesinato de Rothvogel sirve como la única evidencia de que está en juego una conspiración más amplia, mientras que el icónico garabato de McClane de «Ahora tengo una ametralladora» sirve tanto para informar a sus oponentes que no debe Se puede jugar con él y es parte de un plan que le permite hacer un trabajo de detective aprendiendo los nombres de la tripulación de Gruber.
Los parientes ruidosos aparecen para arruinar la fiesta
En la siguiente etapa de ambas tramas, las fuerzas externas se convierten repentinamente en un factor en lo que hasta entonces había sido una lucha aislada entre dos bandos para hacer frente a los acontecimientos que tenían lugar. El intento de McClane de pedir ayuda por radio a la policía finalmente llama la atención de LAPD cuando el furioso detective arroja un cadáver sobre el auto del sargento Al Powell justo antes de que el patrullero pueda concluir que todo está bien en Nakatomi. Mientras tanto, el regreso de Maler a Tassing varios años después de su primera visita ve un tenso enfrentamiento entre el abad de Kiersau y los campesinos de la ciudad que se desarrolla en el contexto de los temores de que el príncipe-obispo local envíe tropas para resolver el descontento por la fuerza.
Las actitudes exhibidas por estas influencias externas están fuertemente influenciadas por los eventos que suceden en el resto del mundo, con los agentes del FBI que llegan a liderar a los policías de La jungla de cristal basando su enfoque de la situación en cómo lidian típicamente con las amenazas terroristas y estando abiertos a sacrificarse en torno a una cuarta parte de los rehenes en su asalto aerotransportado. Mientras tanto, es más probable que los residentes de Tassing se enfrenten a una intrusión armada de mercenarios Landsknecht, que no tomarán prisioneros debido a otras rebeliones campesinas que están ocurriendo en otros lugares.
Si bien más asesinatos sirven para aumentar la temperatura en ambos casos, son las eventuales intervenciones de estas fuerzas violentas las que conducen a un aumento de las apuestas en términos de destrucción. En Nakatomi, los intentos equivocados de la policía de asaltar el edificio con equipos SWAT y un vehículo blindado llevan a McClane a poner fin al derramamiento de sangre mediante algunos explosivos robados antes de que las cosas se intensifiquen demasiado. En Tassing, el conflicto entre los campesinos y los monjes llega a un punto crítico cuando se incendia la abadía, lo que hace que los hombres del Príncipe-Obispo entren y maten a los líderes de la rebelión.
Argumentos inevitables en la mesa
Esta sección de la historia de Pentiment también ve la relación rota entre Andreas y su esposa, Sabine, emerger como un tema clave, y la muerte de su hijo se sugiere como la razón principal por la que el artista no puede reunir el coraje para volver a su vida compartida. casa en Núremberg. Aunque su conflicto doméstico ha estado presente desde el comienzo de la película, se basa en un desacuerdo sobre su esposa, Holly, que se muda de Nueva York para tomar su trabajo en Nakatomi y no se presenta tan bien como el caso de Maler en Pentiment, McClane también encuentra él mismo luchando por lidiar con eso mientras intenta resolver la situación sin alertar a Gruber sobre la relación.
Si bien es posible que nunca tenga una idea del dolor de Maler, McClane tiene una idea de la culpa del sobreviviente que el artista ha desarrollado cuando no puede salvar a uno de los compañeros de trabajo de Holly, el escandalosamente grasiento vendedor Harry Ellis, de que Gruber le dispare después de un estúpido intento de negociación. Atravesar a todos los terroristas que tiene hasta este punto puede no haber afectado la conciencia del brusco detective de Nueva York, pero este incidente definitivamente lo marca, lo que lo lleva a tratar de justificar no entregarse para salvar a Ellis, una elección que los jefes de LAPD de Powell son. No estoy muy contento con.
Por otro lado, la pareja comparte el privilegio de tener una charla amistosa cara a cara con sus adversarios en medio de la lucha. Para McClane, esta oportunidad llega cuando se encuentra con Gruber en el techo, lo que hace que el jefe inteligente se dé cuenta de que el detective no le ha visto la cara y adopte la personalidad del indefenso banquero Bill Clay. La artimaña no dura mucho antes de ser detectada, pero hace un par de escenas divertidas. Mientras tanto, la experiencia de Maler de este tipo de cosas es un poco menos divertida y abarca múltiples chats a lo largo de varios años, durante los cuales surgen un puñado de sutiles fragmentos de presagios.
En la misma línea, estos antagonistas comparten un enfoque similar para hacer que sus esquemas sean difíciles de descifrar, protegiendo sus motivaciones en las suposiciones naturales de los demás. Claro, la artimaña de Gruber de ser un terrorista idealista en lugar de un ladrón pragmático no resiste mucho escrutinio, pero es suficiente para convencer al FBI y a la policía fuera de Nakatomi para que, sin darse cuenta, lo ayuden en su verdadero esfuerzo. Del mismo modo, el malo de Pentiment se las arregla para ocultar sus planes ejecutándolos mediante el asesinato de personas que tienen muchos enemigos plausibles a través de métodos que no limitan mucho las cosas.
La larga y oscura hora del té del alma
En los capítulos finales de ambas obras, los esquemas similares a una telaraña de estos malos se deshacen gradualmente, mientras Maler y McClane fuerzan a estos conspiradores hacia enfrentamientos culminantes. Maler tiene algo de ayuda en sus esfuerzos por hacerlo, con Magdalene Druckeryn uniéndose al artista desaliñado, que durante mucho tiempo se ha visto reducido a vivir un estilo de vida rudo, al estilo de McClane y merodear en los márgenes de la sociedad para finalmente resolver la misteriosa conspiración de Tassing. .
Juntos, viajan al mitreo romano que guarda el secreto de la historia de la ciudad, donde finalmente se enfrentan al autor de los crímenes que han dado forma a la trama del juego, antes de verse obligados a salvar a un rehén que este individuo está poniendo en peligro. Mientras tanto, en la bóveda de Nakatomi Plaza, McClane se enfrenta solo a Gruber, pero también se enfrenta a la liberación de un cautivo en la forma de su ex esposa Holly. Como suele suceder en la ficción, ambos escenarios ven al malhechor recibir su merecido, mientras que sus prisioneros son liberados de la esclavitud.
Así llegamos a los epílogos, que ven a Maler y McClane finalmente capaces de salir de su desordenado aislamiento y reincorporarse a sus respectivas sociedades, donde les espera una vida mucho más satisfactoria que la que tenían al comienzo de su viaje. Claro, solo uno de sus matrimonios es capaz de salvarse, pero ambos protagonistas se encuentran revigorizados por la sensación de significado que, por fugaz que sea, solo se puede encontrar en la compañía de los demás.
Encontrar significado en la alegría
No tengo ninguna duda de que en el período previo a este período festivo y los que están por venir, la gente seguirá debatiendo si Die Hard y Pentiment pueden clasificarse como verdadero entretenimiento navideño. En verdad, ninguno se define por su invocación de la festividad de la misma manera que lo son White Christmas de Bing Crosby y la mitad de la discografía de Mariah Carey.
Dicho esto, ciertamente no deberías sentirte avergonzado por pasar tu fiesta navideña con los campesinos de Tassing o divirtiéndote con Hans Gruber, porque tanto el juego como la película ofrecen una moraleja primordial que creo que es bastante relevante para aquellos que intentan celebrar este breve momento de felicidad. en medio de un largo y oscuro invierno, mientras también…