Es difícil comprender completamente el impacto que PT ha tenido en el horror moderno. Hay un cierto terror familiar en la torcedura de la casa de tu propia familia. Madison logra entender bien este concepto e incluso agrega algunos sustos que quizás no veas venir.
Dicho esto, la desaparición del PT prácticamente de la noche a la mañana significa que el terror solo existe en nuestras cabezas. Podemos imaginar lo genial que podría ser eso sin tener que lidiar con el hecho de que puede no haber sido. Madison es un ejercicio en este estilo de diseño de terror con todas las limitaciones que conlleva.
Esas limitaciones a menudo aparecen en decisiones de control ligeramente extrañas y una letanía de errores. Hay una visión clara en el corazón de Madison que ocasionalmente se deja de lado por completo por su presentación.
Bailando con el diablo
En Madison, te despiertas en una habitación con un solo televisor, un ambiente tenso y un padre muy enfadado al otro lado de la puerta. Tienes que pensar en tus pies, usar un puñado de objetos y salir de allí a la habitación de al lado. Aunque he comparado el juego con PT, la analogía más adecuada para este tono sería Resident Evil 7. Tienes que moverte a través de un espacio de acceso, donde encuentras la casa de tu abuelo.
Al estar muerto durante algún tiempo, se abandona, se deja con pedazos de papel, cintas y suficientes peligros ambientales para hacer que la mano de Ethan Winters se estremezca. Es instantáneamente espeluznante, sumergirse de cabeza en lo paranormal. Las cosas se mueven detrás de ti, estallan horribles figuras y se presentan acertijos.
En su mayor parte, estos rompecabezas son bastante interesantes. Algunos de ellos son quizás un poco demasiado esotéricos para disfrutarlos realmente, pero conversar con amigos para llegar al fondo de cada secreto fue quizás mi parte favorita del juego. Estás inundado de objetos para usar y algunas de sus soluciones casi se sienten como si estuvieras jugando esos viejos juegos Point and Click. Cuando la lógica es clara, te sientes realmente bien, pero cuando no puedes descifrarlo, a menudo te quedas golpeando diferentes objetos hasta que se desbloquea la siguiente parte del juego.
En un solo archivo
El ritmo puede ser un poco entrecortado debido a esto. Regularmente pasé de algo aburrido del rompecabezas actual a absolutamente cautivado. Una mecánica simple que recuerda a Silent Hill me hizo sentir muy positivo acerca de la experiencia y un error de finalización del juego al momento siguiente me hizo dejar de jugar por la noche. Jugando en PlayStation 5, mis datos guardados se borraron solos dos veces, lo que me permitió volver a jugar el 60 % del juego. Francamente, esto no es lo suficientemente bueno para un juego que está a punto de lanzarse. Me han asegurado que se está abordando actualmente, pero vale la pena esperar a los informes de los usuarios antes de dar el paso.
Madison es un juego significativamente mejor para PC. Allí, gran parte de su atmósfera y sustos funcionan ya que no te preocupa que algo se rompa. Con una trama que trata sobre posesión demoníaca, trauma familiar y suficientes clichés de terror para incluir en un discurso de ascensor, se las arregla para justificar lo mucho que persiste en esos tropos.
La historia se desarrolla a un ritmo interesante y muchos de sus sustos se sienten justificados. El juego intenta hacerte sentir como si estuvieras perdiendo lentamente el control de la cordura a través de ligeros movimientos y sonidos, a solo unos centímetros de donde puedes ver. Esto funciona bien y logra mantenerse atractivo durante la mayor parte del tiempo de ejecución del juego.
Luca, nuestro protagonista, es llorón e inconsciente, algo que podría funcionar muy bien al comienzo del juego, pero su relativa falta de desarrollo lo hace sentir molesto y subdesarrollado. Solo hay tantas veces que un personaje puede exasperar dramáticamente antes de que desees que se detenga. Para Luca, ese número es alrededor de cuatro.
Es una pena que este sea el caso porque la apariencia y los sonidos del juego son bastante buenos. Hay un cierto peso en tus acciones, lo que realmente te hace sentir como un niño fuera de sí. Todos esos sonidos culminan en una casa que de alguna manera tiene más carácter que nuestro protagonista.
Esto nos lleva a la mecánica principal del juego, la cámara. Recogido del cuerpo de un asesino en serie, puede usarlo para activar ciertas partes del entorno para cambiar su forma, producir nuevos elementos o crear nuevos caminos. Ya sea una manifestación de odio o el mundo a través de los ojos de otra persona, es una mecánica bastante buena que tiene mucho potencial. En un nivel posterior centrado en la iglesia, esto muestra sus dientes de maneras interesantes, pero puede ser un poco inconsistente en el juego de momento a momento. En ciertos momentos, me encontré tomando fotografías de cualquier cosa un poco sospechosa con la esperanza de que me indicara la dirección correcta.
Este tira y afloja constante entre las ideas inteligentes y el ritmo quisquilloso impregna toda la experiencia de interpretar a Madison. Eliminar sus errores y controles inconsistentes revela algo bastante brillante debajo, pero no está seguro de cuánto de ese ritmo deficiente se debe a esos problemas. Mientras que algunos pueden atribuir esto a problemas momentáneos, otros pueden pensar que es una falla en el diseño. Para mí, Madison se encuentra en algún punto intermedio.
Revisar Madison Madison me duele un poco. Muchas de sus ideas son geniales y algunos de sus rompecabezas son creativos. Sin embargo, esto no compensa el ritmo deficiente, excepto la eliminación de errores y los controles generalmente quisquillosos. En Madison, veo tanto un fantástico juego de terror como un trabajo demasiado ambicioso. Es demasiado complicado ser uno y demasiado apasionante ser el otro. ps5
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